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Tras promocionar las biblias ecológicas y empezar a tomar medidas sostenibles en la Santa Sede, Benedicto XVI se ha ganado el apodo de el ‘Papa verde’.


Dañar el medio ambiente es pecado, ahora más que nunca. La Iglesia ayudará a concienciar a la población para que se tomen medidas con el fin de preservar la naturaleza del planeta.


El papa Ratzinger compró un bosque húngaro que, según sus cálculos, compensará las emisiones de CO2 del pequeño Estado del Vaticano y se convertirá en el primero en provocar un impacto


cero a la atmósfera.



"Tenemos que salvar el planeta antes de que sea demasiado tarde."

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