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¿Sabe usted padre de familia, en dónde esta, qué hace y con quienes anda su hija e hijo?



En la mayor parte del tiempo de cada día que pasa, quizá por el bendito y sagrado trabajo, las reuniones o viajes, nosotros como padres de familia, lo demás, todo pasa por desapercibido y no nos preocupamos en lo más mínimo de nuestros hijos; e incluso puede pasar todo el día y hasta una semana, y ni siquiera nos peocupamos de nuestra familia.


Tanto como padre y madre, uno con otro nos confiamos por el cuidado de los hijos, sin que nos demos cuenta de lo que está pasando en o con nuestra familia.


Es cierto que el trabajo es importante y que es la fuente de nuestra economía familiar para el sustento diario, pero por lo menos debemos fijar una hora durante el día, un momento en el cual debemos reunirnos con toda la familia y qué mejor que un fin de semana, con el fin de platicar o exponernos unos con otros, tanto hijas e hijos con padres y madres, de lo que está pasando, ya sean problemas, dudas, inquietudes o errores que muchas veces cometemos y no nos damos cuenta; y así encontrar o proponer alternativas de solución o dar alguna que otra respuesta, para las enmiendas del caso.


Me parece que es una buena manera o técnica que nos puede ayudar esa confianza, armonía y acercamiento entre padres e hijos, pues, es irónico que en algunos hogares, a pesar de que vivimos y convivimos en la misma casa, pareciera que unos con otros, fuéramos personas desconocidas, como lo que pasa en los hoteles actuando de manera irrespetuosa, no se escucha el BUENOS DÍAS PAPA, BUENOS DIAS MAMA, BUENOS DÍAS ABUELOS, BUENOS DÍAS HERMANOS, mucho menos en las calles y en todos lados en donde deben de reflejarse los valores morales, espirituales y éticos, que deben vivenciarse en la casa; ya no enseñamos ni practicamos estos valores en casa, pero depende de todos nosotros los padres de familia en no inculcar el respeto hacia los demás.


Veo la importancia y el arrastre que tienen los modales de vida que se le dan a los hijos, sobre todo el ejemplo, el cual es el condimento esencial para su conducta ante la sociedad en la que vivimos, los cuales si son buenos o malos, todo sale a relucir ante los demás.


Este es el caso especial, del cual debemos tener mucho cuidado, ésta es la base del comportamiento o la conducta del ser humano como persona, hoy en día. En la familia, que es la base de la sociedad en que vivimos, es la responsable de todo lo positivo en la formación de los hijos, e incluso antes del nacimiento del niño y de la niña, etapa en la vida humana en que se debe inculcar amor y ternura en el vientre materno y por lo consiguiente después del nacimiento que es la otra etapa de la vida.


Por eso los padres de familia somos los responsables de la formación y educación de nuestros hijos, somos los primeros maestros y catequistas para su vida, lo cual debe ser en un ambiente de amor, de paz, de respeto, de responsabilidad, de obediencia y no de violencia o de malos tratos en la familia, pues los niños aprenden lo que ven, lo que viven, lo que reciben y de aquí viene la manera de de actuar de ellos ante la sociedad, en la escuela y en la calle o en donde les toque vivir su vida.


En esta manera de actuar, en donde realmente se demuestra la manera en que se está formando o se ha brindado el tipo de educación o que se ha impregnado en la persona del ser humano. Por otro lado, cuando papá y mamá no son responsables en desempeñar su papel como tales, cuando no hay diálogo, cuando el hijo o la hija nos preguntan algo y por el trabajo o por compromisos sociales, los partidos de futbol, le decimos: “más tarde platicamos, espérate, hoy no tengo tiempo”, es cuando demostramos indiferencia hacia ellos.


¡Cuidado, padres de familia! Es aquí, cuando los hijos, se frustran al ver que no se les hace caso o no se les dá la importancia a sus problemas e inquietudes en su vida. Luego que buscan otras opciones con segundas personas o supuestos amigos de confianza, para contarles lo que sus padres no quisieron atender. Recordemos que estos momentos son cruciales y de alto riesgo para nuestros jóvenes, es dar oportunidad a que otros aconsejen a nuestros hijos, sin importarles las consecuencias o resultados de los mismos y es aquí en donde a usted y a mi, en lo personal va esta pregunta: ¿SABE EN DONDE, CON QUIEN Y QUE ESTA HACIENDO SU HIJA E HIJO EN ESTOS INSTANTES?


Lamentablemente nosotros los padres de familia, somos los últimos en saber lo que está pasando o haciendo nuestros hijos. No nos preocupamos de nuestros hijos, no nos damos cuenta o si nos damos cuenta, pero ya es muy tarde, y luego nos escudamos o decimos que con ellos ya no se puede hacer nada y le dejamos la tarea a Dios y que El vea por ellos.


Tan poco son las autoridades quienes tengan sobre sus espaldas qué soportar las atrocidades, los desórdenes callejeros y actos de violencia que se cometen día a día. Es tiempo de sentarnos un momento para meditar al respecto cómo realmente estamos respondiendo como padres de familia ante nuestros hijos, no seámos ingratos e injustos con ellos, pues de nuestras familias vienen todos los males que afectan y empañan de lágrimas, de luto, de sangre y de muerte a nuestros pueblos, los asesinos, los extorsionistas, los secuestradores, los asaltantes, los violadores, los terroristas y los corruptos no vienen de otros planetas, ni del fondo del mar y ni del infierno, vienen del seno familiar de cada uno de nosotros, por lo que ya es hora de que nos fajemos cincho y velemos por nuestros hijos, y qué mejor que sea desde pequeños y no de grandes, porque como dice el viejo y sabio refrán: “Arbol que crece torcido, no se endereza jamás”, es decir ya de grandes quererlos corregir ya es demasiado tarde. Ya no más niñas y adolescentes embarazadas y abandonadas, pues en su desesperación y temor a sus padres optan por abortar o llegar al extremo del suicidio, no más madres solteras, no más hijos abandonados deambulando por las calles, quienes más tarde serán las víctimas de abuso y explotación o los victimarios quienes cometerán toda clase de actos de delincuencia, que es el cáncer que padece nuestra sociedad hoy en día, asumiendo nuestra responsabilidad de padres de familia hacia nuestros hijos e hijas; y así no habrá necesidad de policías, de cárceles, de rehabilitación, no habrá provocación de linchamientos.


Finalmente quiero decirles que, cuánto más no se puede hablar de este tema. Pues será en próxima oportunidad en que compartiré más al respecto.



¿Usted qué dice?




Por: José López

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