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Por Noé Leiva
EL PROGRESO, Honduras (AFP) — Un potente sismo de 7,1 grados en la escala de Richter sacudió la madrugada de este jueves el corazón económico y turístico de Honduras, dejando al menos cinco muertos, 13 heridos y cuantiosos daños materiales en viviendas e infraestructura.

El sismo, cuyo epicentro se situó a 63 km al norte de la isla de Roatán, en el archipiélago de la Bahía, en el Caribe --paraíso de buceadores y turistas de todo el mundo--, también se sintió en Belice, El Salvador y Guatemala, donde cerca de una treintena de viviendas han sido dañadas.

Entre los fallecidos se encuentran un joven de 15 años que fue aplastado por los escombros de su casa en la ciudad de La Lima, 230 km al norte de la capital, y dos niñas, según declaró a la prensa el jefe del Comité Permanente de Contingencias (Copeco), Marco Burgos.

Tras hacer un recorrido por la zona más afectada, el presidente Manuel Zelaya manifestó "alivio" porque el sismo no causó los daños que eran de esperarse por su magnitud.

"Para la magnitud que se había anunciado, los daños no son de la cuantía que esperaba", afirmó el mandatario en rueda de prensa luego de sobrevolar la zona más afectada en El Progreso, 260 km al norte de la capital.

El gobierno se encontraba haciendo una evaluación del número de viviendas dañadas, que según el director de Copeco llega a 88, con pocas posibilidades de que se incremente.

"Ya lo peor pasó, tenemos que mantener la calma aunque nos dicen que pueden venir más (réplicas) y eso sí sería horrible", dijo a la AFP Elías Domínguez, quien habita la colonia Centroamericana de la ciudad de El Progreso, 260 km al norte de Tegucigalpa.

Domínguez, de 40 años, relató que dormía en su vivienda en la colonia situada a la orilla del río Ulúa, el más caudaloso del país, "cuando sentí que la cama se movía como una hamaca".

"La casa se movía como si estuviera encima de una ola. 'Terremoto' dije, y agarré a los niños porque pensé que la casa nos iba a caer encima", recordó.

Según Burgos, los "daños más importantes se pueden registrar en el valle de Sula", la zona de mayor desarrollo del país con más de un millón de habitantes y que alberga a la capital financiera, San Pedro Sula, próxima sede de la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) el 2 y 3 de junio venidero.

De hecho, a muchos funcionarios de la OEA que ya se encuentran en la ciudad para preparar la reunión, a la que asistirán entre otros la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, los sorprendió el sismo en los hoteles, según medios locales.

Muchas viviendas de adobe o bahareque, ocho iglesias --algunas construidas hace 200 años--, edificios públicos, algunos puentes y un par de hoteles sufrieron daños de diversa consideración, según Copeco.

El más afectado fue el puente La Democracia de El Progreso, sobre el río Ulúa, que perdió la mitad de su estructura de 120 mts de longitud.

Otro puente paralelo a La Democracia, construido después del huracán Mitch de 1999, quedó con fisuras después del remezón.

También se desmoronó parte del muro que rodea la cárcel de El Progreso, obligando a las autoridades penitenciarias a trasladar a los reos a la parte del penal que no sufrió daños, constató un fotógrafo de la AFP.

Igual suerte corrió un muro del Estadio Olímpico Metropolitano de Sula.

En Roatán, la mayor isla del archipiélago de la Bahía, el sismo "fue poderoso, pero no he visto heridos", declaró Kenton Pinet, recepcionista del gran hotel Infinity Bay, interrogado telefónicamente por la AFP. Los 56 clientes del hotel fueron evacuados "tranquilamente, sin pánico", añadió.

Otro tanto les ocurrió a los huéspedes del Gran Hotel Sula, de San Pedro Sula, de siete pisos y 190 habitaciones.

"Bajaron asustados al área de la piscina y luego tuvimos que cambiar a otra habitación a los huéspedes de las habitaciones que sufrieron daños", relató a la AFP el empleado Luis Hernández.

Pese a que lo peor parece haber pasado y se ha descartado el riesgo de un tsunami, Burgos reconoció que en las regiones más afectadas "lo mejor es que la gente se quede en espacios abiertos o en albergues. Hay que sacar las sillas a la calle o a la canchas de fútbol".

La población permanece atenta debido a las constantes réplicas que se registran

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